Una vez amé tanto que corrí hasta el río Cuando llegué, pesada y desnuda, a la orilla, con caracoles como dientes y dedos de arena nadie me miró o tal vez lo hicieron las piedras, que son infinitas Después todo fue una confusión y el viento era tanto que se me enredó el pelo en esqueletos de pescados. en camalotes con yuyos y culebras tanto estaba amando que miré el horizonte con los pezones erguidos y los ojos nublados Pero el manso río marrón me disolvió los dedos y se llevó los caracoles.
"Necesito hacer bellas mis fantasías, mis visiones. De lo contrario no podre vivir. Tengo que transformar, tengo que hacer visiones iluminadas de mis miserias..." Pizarnik.
Muy buen blog miss, saludos.
ResponderEliminarGracias Martín, un placer tu por andar mis decires!
EliminarSaludos!