Hago un agujero en mi espalda
y extraigo el nudo del invierno
ese que tiene el día de la infancia
en que descubrí la muerte
ya no quiero que viva en el centro
de mi cuerpo
El misterio es la vida y me anuncia
pájaros y filos
Un anzuelo tira de mis caderas
para llegar al árbol más alto
para ser cómplice de la noche en una rama
que mueve el viento y no los pasos
Mientras miro la sombra estirada
de los cuerpos en la calle
y me abrazo a la corteza violeta y tibia.
Hermoso poema, querida amiga. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, poeta querido!
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