Perecen siglos y fue ayer. El tiempo siempre jugando sus cartas, gritando la subjetividad de su tiempo. Nosotros, intentando una medida absurda, encarcelada en un círculo. Una medida acostumbrada a los rincones de la desidia. El tiempo no es el tiempo, es un animal salvaje corriendo sin abismo. Mañana, voy a extrañarte más.
"Necesito hacer bellas mis fantasías, mis visiones. De lo contrario no podre vivir. Tengo que transformar, tengo que hacer visiones iluminadas de mis miserias..." Pizarnik.