Siempre es un misterio lo que nos pasa, no me gusta llamarlo destino. Ni azar. Aparece la sombra y va aumentando sus privilegios, primero decepciones, enseguida muertes. Me miro en la corriente de un pasado que no existe. Sólo tengo la ilusión de los olores, los colores, entre las imágenes capturadas en las que no me reconozco. No sé si soy, si son los otros. No por las transformaciones, sino por la sonrisa, la mirada, estábamos mirando otra cosa, en un tiempo extraño. De repente entiendo el filo que separa la noche de la mañana. Cuando se desfigura ese segundo de trenes que gritan en mi espalda.
"Necesito hacer bellas mis fantasías, mis visiones. De lo contrario no podre vivir. Tengo que transformar, tengo que hacer visiones iluminadas de mis miserias..." Pizarnik.